Marcas de refrescos de cola pagaron estudios para desvincularse de la obesidad
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La obesidad se ha convertido en uno de los grandes males de nuestra sociedad. Y gran parte de la culpa la tienen las bebidas azucaradas. Una lata de refresco cuenta con 40 gramos de azúcar, cuando las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el consumo máximo diario alcanza los 25. En algunos países, como México, se ha alcanzado un nivel muy alto de adicción y las autoridades se han visto obligadas a poner en marcha un impuesto contra estas bebidas, aunque otros meditan la posibilidad de poner mensajes de alerta como en las cajetillas de tabaco. Sin embargo, se acaba de descubrir que las principales marcas de refrescos de cola pagaron estudios para desvincularse de la obesidad.
La industria de las bebidas azucaradas intenta lavar su imagen ante los últimos acontecimientos y el creciente número de personas afectadas con sobrepeso y enfermedades cardiovasculares. Un estudio desvela que los dos principales fabricantes de bebidas de cola pagaron a 96 organizaciones en Estados Unidos para reducir al máximo los daños de este tipo de productos en sus investigaciones vinculadas con la diabetes, obesidad y patologías asociadas con el alto consumo de azúcares.
Entre estas entidades se encuentran la Sociedad Americana de Cáncer, la Asociación de Diabetes de EEUU, la Fundación de Investigación de la Diabetes Juvenil, la Cruz Roja o las universidades de Georgia o de Harvard, entre otras. El investigador de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston y responsable del análisis, Daniel Aaron, asegura que se centraron sobre todo en Estados Unidos, aunque no descartan que hayan financiado a otros organismos por el resto del mundo, llegando a miles de empresas.
La revista American Journal of Preventive Medicine fue la encargada de recoger las conclusiones de este estudio. Uno de los casos más llamativos fue el de Save the Children que siempre se había mostrado contraria al consumo de refrescos, pero que en 2010 cambió de opinión después de recibir una inyección económica de más de cinco millones de euros por los dos principales gigantes de la industria de bebidas azucaradas.
Hay que decir que en España son varias las organizaciones que reciben ayudas por parte de estas firmas, entre ellas algunas universidades, como recoge el País. La influencia que tienen estas multinacionales sobre las compañías que financian es tan grande que hace tres años una investigación liderada por científicos españoles aseguraba que no existían suficientes pruebas para responsabilizar a los refrescos de la obesidad.